dilluns, 17 de maig del 2010

Trastorns de la Conducta

En les aules, a part de les dificultats d'aprenentatge que ens podem trobar, també podem trobar trastorns de la conducta, que a més de dificultar l'aprenentatge, dificulten seguir un ritme de treball a l'aula

A continuació en un article extret del " Instituto de Tecnologías Educativas" del Ministeri d'Educació, ens centrarem una mica en les dificultats de conducta més comuns

Los trastornos de la conducta y del comportamiento se han convertido en una de las situaciones más preocupantes para padres y profesores que ven cómo sus hijos y alumnos presentan cuadros conductuales que necesitan apoyo médico y psicopedagógico. Si hubiese que dar una definición clara y sencilla sobre estos trastornos recurriríamos a aquella que los define como “los problemas que tienen nuestros hijos cuando tienen dificultades para cumplir las normas que la mayoría de los niños aceptan”.

A esta situación se ha llegado en los últimos años “gracias” a los cambios experimentados por la sociedad, en los que se ha fomentado sobre todo un modelo de vida muy distinto del tradicional y basado en un predominio de la individualidad; esto ha traído consigo unas consecuencias muy negativas para nuestros niños y adolescentes, que se ha concretado en que cerca del 15 por ciento de estos menores sufran algún tipo de trastorno de la conducta y que se manifieste en acciones agresivas, violentas o, incluso, delictivas. Los trastornos de conducta o del comportamiento, caracterizados por una gran variedad de conductas antisociales, tienen un inicio más temprano en los niños que en las niñas, en edades comprendidas a partir de los 7 años en los niños y de los 13, en las niñas, con una frecuencia mayor de padecerlos los varones. En este comportamiento tienen mucho que ver los padres que han ido delegando sus funciones paternas fuera del ámbito familiar, como son por ejemplo, la televisión y ciertas discotecas para niños, según los informes emitidos por dos personalidades de la talla del doctor José A. Alda Díez, Jefe del Servicio de Psiquiatría Infantil del Hospital San Juan de Dios de Barcelona, y Luis Rojas Marcos, presidente de la Corporación de Sanidad y Hospitales Públicos de Nueva York.

A la hora de hacer una clasificación de los diferentes trastornos del comportamiento nos encontramos con serias dificultades para llevarla a cabo, dado el elevado número de síntomas que aparecen y que ha quedado perfectamente reflejado en las clasificaciones ofrecidas por el DSM-III y el DSM-IV o por el CIE-10, tales como agresividad, robos, incendios, fugas, mentiras, y que con harta frecuencia van asociadas con hiperactividad, impulsividad, dificultades cognitivas y de aprendizaje y habilidades sociales pobres. La mayor parte de estos trastornos se presentan ya desde la infancia, aunque hay notables diferencias entre ellos y que intentaremos analizar en varios apartados. Los trastornos de conducta más frecuentes, según DSM-IV, y que vamos a seguir a lo largo de nuestra exposición, son:

Trastorno por déficit de atención con hiperactividad

- Tipo con predominio del déficit de atención.
- Tipo con predominio hiperactivo-impulsivo.
- Tipo combinado

Trastorno disocial

- Trastorno negativista desafiante.


Según la clasificación de trastornos mentales ofrecida por CIE 10, siguiendo los criterios de la OMS, encontramos:

Trastornos disociales

- Trastorno disocial limitado al contexto familiar.
- Trastorno disocial en niños no socializados.
- Trastorno disocial en niños socializados.
- Trastorno disocial desafiante y oposicionista.
- Otros trastornos disociales.
- Trastorno disocial sin especificación.

Trastornos disociales y de las emociones mixtos

- Trastorno disocial depresivo.
- Otros trastornos disociales y de las emociones mixtos.
- Trastorno disocial y de las emociones mixto sin especificación.


Antes de seguir adelante conviene que hagamos una pequeña precisión relacionada con la doble distinción que hacemos sobre el trastorno de conducta y el trastorno desafiante y que se basa en los criterios del DSM-IV-TR, que establece claras diferencias entre el trastorno Oposicionista Desafiante (TOD) y el Trastorno de Conducta (TC). En el primero de ellos (TOD), como más tarde se verá con amplitud, el patrón de conducta negativista, se presenta con una serie de comportamientos tales como encolerizarse, discutir con adultos y desafiarles activamente, molestar deliberadamente a otras personas, acusar a otros de errores o faltas propias, ser colérico y rencoroso, etc. Por su parte, el TC presenta un patrón repetitivo y persistente de comportamiento, caracterizado por una violación sistemática de los derechos de otras personas, así como por el incumplimiento de una serie de normas sociales propias de la edad (agresión a personas y animales, destrucción de la propiedad, fraudulencia o robo, violaciones graves de normas), debiendo especificarse la gravedad y el momento de inicio (infancia o adolescencia). Finalmente, indicar que el Trastorno Oposicionista y Desafiante aparece con anterioridad y es menos grave que el Trastorno de la Conducta.



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